El propósito de un Ferrari no sólo es ser rápido, sino perseguir el máximo desempeño en cada auto. Este fue el pensamiento que llevó a Enzo Ferrari a la perfección en los años 60, pero que también lo colocó en una posición vulnerable ante sus rivales que generó la ya conocida leyenda de sus afrentas contra Ford, Lamborghini y muchos más.
Por ello esta marca sigue una lógica distinta en la génesis de sus nuevos autos, pues una constante en el desarrollo de sus máquinas es la evolución, así el F8 se convierte en eso, un paso adelante de sus míticos 308 GTB, 458 Italia y 488 GTB.
Con un motor central V8 Twin Turbo de 3.9 litros de 710 HP este Ferrari es realmente rápido, principalmente por su sistema innovador con sensores de rpm usados en el 488 Challenge que permite eliminar por completo el turbo lag, aumentando así al máximo la eficiencia de los turbocompresores con base a la potencia solicitada a través del pedal.
En armonía con el viento
Su aerodinámica también es una evolución de los aprendizajes del 488 GTB y Fórmula 1 integrando un S-Duct que proporciona una mayor adherencia al eje delantero y hasta un 15% mayor a su predecesor, posible también por un peso total de 1,435 Kg.
Esto le permite al Ferrari F8 Tributo alcanzar una aceleración de 0 a 100 Km/h en tan sólo 2.9 segundos logrando una velocidad máxima de 340 Km/h, así que sí, esta es una verdadera evolución que sin duda hará época.