Ferrari vuelve a cometer errores y deja a sus pilotos sin podio en Hungría. Mercedes se anota otro buen resultado y se augura un buen regreso a la contienda.
Hungría fue testigo de la última carrera antes del parón veraniego en el gran circo. Llegamos al ecuador de la competencia mundial con una carrera emocionante en la que las batallas en los sectores alto y medio de la tabla no se hicieron esperar, de la cual resulto triunfante por octava vez en el año el vigente campeón del mundo. Seguido de Lewis Hamilton y George Russell que carrera a carrera se muestran más competitivos.
Red Bull y la constancia
Pese a tener un arranque de fin de semana desastroso los dos pilotos de la escudería austriaca culminaron la competencia con un resultado promisorio. Pese a haber salido desde la posición 10 y 11 Max Verstappen y Checo Pérez sumaron puntos valiosos para el equipo.
El “holandés volador” escaló posiciones desde el inicio para situarse en la pelea dentro de los tres primeros antes de la mitad de la prueba. Sin embargo no fue hasta después de su segunda parada en boxes y la batalla con Leclerc de tres vueltas de duración sobre el giro 40 en donde se definió al triunfador del GP de Hungría, quien en la vuelta 54 lideraba sin oposición.
Por su parte Sergio “Checo” Pérez consiguió hacerse con el quinto puesto tras salir desde la onceava posición después de resultar victorioso de una batalla con los Alpine pero sucumbiendo ante la potencia del Mercedes de Hamilton. No obstante, el jalisciense no tuvo el ritmo necesario para cercarse a los líderes manteniéndose a una distancia promedio de 14 segundos y finalizando en quinto puesto detrás de Carlos Sainz.
La debacle de Ferrari
Pese a haber iniciado el año como uno de los dos equipos a vencer, el rendimiento de la escudería del cavallino rampante ha venido a menos por problemas de fiabilidad, pero sobre todo por los numerosos errores de estrategia en el muro y de los mecánicos en boxes.
Hungría no fue la excepción en la ya larga lista de Grandes Premios con errores del equipo de Maranello. El primero en sufrir con las paradas en boxes fue el madrileño Carlos Sainz, quien en la vuelta 18 cayó hasta la sexta posición después de un pitstop lento, posteriormente alcanzaría el tercer puesto, sin embargo de nueva cuenta una parada lenta frustró las posibilidades del piloto de la Ferrari número 55. En el giro 48 de nueva cuenta Sainz perdió demasiado tiempo en la parada en boxes terminando con todas sus posibilidades de conseguir un podio.
Leclerc por su parte sufrió con la estrategia, con la finalidad de solo parar una vez, el equipo montó neumáticos medios en la Ferrari número 16, decisión que le costó en el rendimiento en pista al piloto monegasco, quien poco a poco fue perdiendo terreno frente los Mercedes de Russell y Hamilton. Con una última parada en la vuelta 54 el monegasco intentó rescatar el podio en la recta final de la carrera, sin embargo solo alcanzó el sexto puesto, perdiendo de nuevo demasiados puntos para el mundial de pilotos frente a Max Verstappen.